sábado, 25 de febrero de 2017

El despertar de la conciencia

Crisis de conciencia” (escrito por Raymond Franz, ex miembro del cuerpo gobernante de los Testigos de Jehová) es uno de los libros más útiles para “despertar” o “desprogramarse”.

Enlace del libro:

Desde este blog compartiremos algunos extractos del libro que animen a la reflexión:

Capítulo 2. Credenciales y causa. Págs 41-43
Caso por caso, la única base para merecer esa condena ha sido el que ellos no podían honestamente estar de acuerdo con todas las enseñanzas o las normas de la Organización. Me siento obligado hacia esas personas. Prácticamente todas ellas comparecieron ante un reducido grupo de entre tres y cinco hombres (un “comité judicial”) en una sesión secreta, donde a quienes comparecían en calidad de Testigos únicamente les estaba permitido aportar su testimonio, pero no podían presenciar las deliberaciones. Posteriormente se leía una breve nota ante la congregación anunciando su expulsión sin más explicaciones ni aportar evidencia alguna en apoyo de la decisión de llevar a cabo la expulsión. Una vez hecho ese anuncio, se da por hecho que ningún Testigo dirigirá la palabra a las personas expulsadas, imposibilitando de esa manera toda oportunidad para que quienes han sido expulsados se expresen, ofreciendo su propio testimonio a los amigos y compañeros.  De haberlo hecho  antes  de ser expulsados, se habría considerado como ‘proselitismo’, ‘debilitar la unidad de la congregación’, ‘sembrar disensión’, ‘formar una secta’. Cualquiera que, a partir de entonces, hablara  con ellos comprometería su situación personal, arriesgándose a ser igualmente expulsado. De esa manera se impone una “cuarentena” efectiva. Se coloca una “losa” a toda consideración del asunto. El expediente sobre la expulsión y toda pretendida evidencia para ello permanece en uno de los voluminosos ficheros del Departamento de Servicio de Brooklyn (o en los ficheros de las sucursales) con el sello “No destruir”. Ese registro que contiene los cargos imputados a las personas expulsadas, como la propia audiencia en comité judicial, es también secreto y no sujeto a revisión. 

La Escritura nos dice: “Un verdadero compañero está amando todo el tiempo, y es un hermano que nace para cuando hay adversidad.” Tiempo atrás creí tener muchos, muchos amigos de esos. Pero cuando la situación crítica alcanzó su punto culminante me di cuenta de que tan sólo eran unos pocos. Todavía considero a esos pocos como algo precioso, hayan declarado poco o mucho a mi favor. La gente pregunta por mí debido a mi prominente posición anterior. Sin embargo, casi nadie se interesa por otros que no alcanzaron esa prominencia, aunque ellos pasaron por la misma experiencia con el mismo coste personal e iguales padecimientos. 

¿Qué debe representar para una madre,  que ha visto nacer a su hija de su propio cuerpo, la ha amamantado, ha cuidado su salud, la ha entrenado a través de los años de formación de la vida, ha compartido con ella sus problemas, viviendo sus contratiempos y tristezas como si fueran suyos propios, vertiendo lágrimas por las de su hija,  qué es lo que supone para esa madre contemplar a su hija, ya adulta, que ahora la rechaza, y todo ello sencillamente porque su madre trata de ser sincera ante su conciencia y ante Dios? 
¿Qué debe representar para un padre o una madre ver a su hijo o hija casarse y que, por esa misma razón, se les diga que ‘sería mejor que no se presentaran al casamiento’, o saber que una hija ha tenido un bebé y se les dice que no deberían ver a su nieto? 

Eso no es algo imaginario. Son cosas que les están sucediendo a muchos padres que han estado asociados con los Testigos de Jehová. 
Considere el ejemplo de una madre de Pennsylvania, quien escribe:

Tengo hijos en la organización, casados, quienes al tiempo de desasociarme incluso me ofrecieron que fuera a su casa para descansar, y su opinión con respecto a mí como persona no se había visto alterada. 
Cuando posteriormente apareció información en The Watchtower del 15 de septiembre de 1981 [La Atalaya  del 15 de noviembre de 1981], con instrucciones detalladas con respecto a la asociación con personas que se hubieran desasociado, empezaron a rechazarme.


A partir de entonces ni me llaman por teléfono ni mantienen otro contacto conmigo. He de hacer algo en cuanto a ello, pero no sé el qué. No tomo acción alguna por miedo a equivocarme y alejarlos más. No los llamo por teléfono no sea que cambien de número y no les escribo, como dije, por temor a decir algo que consideren ofensivo. He estado hospitalizada en este tiempo debido al desgaste emocional y he padecido una crisis adicional, todo ello en poco tiempo, lo que desafortunadamente ha sido  devastador.
Tal vez usted experimente eso mismo. No sé cómo voy a llevar la pérdida de mis hijos (y los futuros nietos). Es una pérdida enorme. 


The Watchtower (September 15, 1981):

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