jueves, 16 de agosto de 2018

Película "Apostasy"


  Crítica: http://cineuropa.org/es/newsdetail/337734/

La sección Nuev@s Director@s del festival de cine de San Sebastián y poco después la competición de primeros largometrajes del London Film Festival acogen la presentación del primer largometraje del británico Daniel KokotajloApostasy [+], una obra que nos introduce de manera fascinante en el mundo de los testigos de Jehová.
Para ello, el guionista y director ha indagado en su propia experiencia como antiguo publicador para relatar la historia de una madre y dos hijas que atraviesan una crisis de fe en el condado de Gran Manchester. La cinta ofrece detalle fascinantes sobre los métodos proselitistas del grupo religioso, entre los que destaca la enseñanza de urdu a las hermanas Luisa (Sacha Parkinson) y Alex (Molly Wright) para que puedan propagar “La Verdad” entre los residentes pakistaníes que se topan al recorrer Oldham puerta por puerta. También vemos la influencia que los Mayores tienen en la congregación y en los grupos de pensamientos por ellos comandados.
La convicción religiosa de la madre de las hermanas, Ivanna (Siobhan Finneran), se verá puesta a prueba cuando una de sus hijas queda embarazada fuera del matrimonio de, lo que es aún peor, un hombre que ni siquiera es creyente. Ivana quiere que él se convierta, pues de otro modo su hija padecerá el repudio de la congregación, la apostasía de la chica y la obligación para Ivanna de elegir entre su fe y su sangre.
La situación también provoca fricciones fraternales. El director Kokotajlo delinea con sumo cuidado las personalidades de las hijas y su vida dentro de la iglesia. Las interpretaciones de las dos hijas son especialmente poderosas y la dinámica entre ellas es tan tensa como creíble. Alex, la más joven, es devota en sus creencias pero su comportamiento conflictivo tiene una gran resonancia emocional a raíz de la noticia del embarazo.
Sin embargo, una vez presentado el novio pakistaní, no se hace mucho hincapié en profundizar en esta relación. El novio se convierte en figura periférica a ojos del director, más interesado en la relación entre los personajes y la iglesia. La introducción de Elder Steven (Robert Emms) echa picante al menú. Elder empieza cortejando a Alex y, a través de ellos, Kokotajlo apunta hacia lo que sería una relación ideal a ojos de la congregación.
Es desafortunado, por tanto, que estas relaciones queden torcidas a raíz de un acontecimiento absolutamente sorprendente a medio camino del metraje: un giro que se deja caer en la conversación sobre transfusiones de sangre al principio del film pero que no por ello deja de impactar de lleno en el público. Sin embargo, la consecuencia de esta gran apuesta narrativa es que la tensión dinámica que se ha ido levantando entre las mujeres se rompe irremisiblemente y la película, por consiguiente, pierde un poco el rumbo hacia lo que acabará resultando un intento de reconexión con la iglesia, más que de ruptura. Muchas de las áreas complejas y grises que se dibujan en pantalla también se desvanecen al centrar la atención narrativa en una sola línea. Lo que saca adelante a Apostasy por estos momentos más tibios es lo inusual e interesante que sigue resultando todo este mundillo.
Apostasy es una producción de Frank & Lively y Saddleworth Films, desarrollada y producida gracias al programa de Creative England iFeatures, con los apoyos de BBC Films y del BFI (a través de su fondo de la lotería nacional) y en asociación con Oldgarth Media. De sus ventas internacionales se encarga Cornerstone films.

lunes, 13 de agosto de 2018

Las sectas no tienen un cartel en la puerta (El País)




Habla de la secta que la captó y confunde las palabras. Se traba, como si no pudiera o no quisiera hablar del tema. “Son secuelas. Me adoctrinaron para que jamás contase lo que pasaba allí dentro”, relata Alicia Rodríguez, que prefiere no decir su verdadero nombre. Advierte de que las personas pueden pasar años en uno de estos grupos sin saberlo: “Las sectas no tienen un cartel en la puerta”. “Entrar es fácil”, apunta. “Lo difícil es salir”. Los expertos coinciden en que cualquier persona es susceptible de ser captado.

“El que dice que nunca va a caer es el primero”, alerta Rodríguez en un bar de Madrid. Ella, que pasó más de cinco años en uno de estos grupos sin ser consciente de ello, asegura: "Creía que me estaba ayudando a mí misma y a los demás, que iba a ayudar a una ONG, como Patricia [Aguilar]". Se refiere a la española de 19 años rescatada en Perú el pasado 6 de julio. La joven de Elche (Alicante), que ha vuelto este fin de semana a su casa familiar, estaba bajo la presunta influencia de Félix Steven Manrique, quien se hace llama Príncipe Gurdjieff y permanecerá nueve meses en prisión preventiva.
En España, existen unas 250 sectas que se presentan como grupos religiosos, esotéricos, de crecimiento personal, de corte humanitario, filosófico o new age. "Se esconden detrás de un discurso socialmente aceptado", afirma Miguel Perlado, coordinador del grupo de trabajo sobre deriva sectaria del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña. El psicólogo explica que estos grupos logran adaptarse a las épocas: "Ahora no hablan de ovnis, como en los 80, pero pueden disfrazarse detrás de grupos de yoga o meditación". Perlado detalla, con base en diferentes estudios, que la población española afectada es del 0,9%, un porcentaje similar al de otros países europeos.
Los líderes y miembros de sectas buscan, sobre todo, personas jóvenes, idealistas, disconformes, inquietas, con estudios universitarios y con tendencias meticulosas, detalla Perlado. “No les interesan las personas psicopáticas, débiles o conflictivas”, afirma. “Son personas normales, pero sugestionadas”, explica Myrna García, presidenta de la Red de Apoyo para Víctimas de Sectas. Asegura que su organización ha ayudado a abogados, psicólogos y científicos captados por estos grupos.
La psicóloga Margarita Barranco, especialista en manipulación psicológica, agrega que las víctimas suelen estár atravesando crisis personales, familiares o laborales y, por eso, son especialmente vulnerables. “Entonces es cuando se acercan. Te hacen sentir protegido y bajas las defensas”, explica. Rodríguez se enfada al recordar: “Hay un líder supercarismático, aparentemente maravilloso, que logra que poco a poco confíes en él como confías en tu madre. Entonces estás perdido”.
Joan Pérez también fue víctima de una secta y prefiere no revelar su identidad. Asegura que, a través de técnicas de manipulación, los líderes sectarios logran que la personalidad del individuo se reduzca hasta desaparecer. Así obtienen de ellos lo que necesitan: dinero, sexo y poder. “He hecho cosas que no habría hecho jamás”, destaca. Cuenta que él tenía un buen pasar económico (trabajo, casa, coche) y que ahora está en paro y vive con préstamos.

Las técnicas de captación son variadas

“Internet es uno de los principales puntos de captación”, afirma la psicóloga Barranco, que aclara que las técnicas son muy variadas. Algunos grupos detienen a las personas en la calle y otros pegan carteles u ofrecen cursos, incluso a veces son amigos o conocidos quienes introducen a las personas a estos grupos. “Vivimos momentos en los que estamos muy necesitados de que nos ayuden y estos grupos ofrecen soluciones mágicas”, indica.
Los expertos coinciden en que cuando las víctimas son captadas cambian su forma de hablar, se expresan como otra persona y repiten frases armadas, se distancian de sus allegados, se vuelven monotemáticos y se interesan por bibliografía y autores que hasta ahora no habían leído, son más esquivos, hablan poco y se irritan fácilmente, cambian su vestimenta y sus actividades cotidianas, y su cariño se vuelve más frío. Joan Pérez mira en su móvil una foto de la época en la que pertenecía a una secta y señala sus ojos, entreabiertos y apagados: “Estaba ausente, no estaba allí”.
“Destrozan tu vida”, resume. Pero asegura que es posible salir. “[LAS VÍCTIMAS] No quieren denunciar ni hablar del tema porque tienen miedo al líder y han sufrido tanto que no quieren saber nada más”, comenta. Pero destaca la importancia de acudir a un psicólogo experto.
Tanto Pérez como Rodríguez han trabajado para recuperar sus vidas y han estudiado el comportamiento de los líderes y grupos sectarios para identificarlos. Animan al resto a informarse y cuentan sus experiencias para que sirvan a otros. Rodríguez lo tiene claro: “Por lo menos que el sufrimiento sirva para algo útil, por fin. Era lo que yo quería hacer desde el principio: ayudar a la gente”.

martes, 7 de agosto de 2018

Watchtower reconoce a las "Crystal" pero no a las "Candace"

   La Real Comisión Australiana (ARC), que tuvo lugar a mediados del año 2.015, señaló las graves faltas de Watchtower en la gestión del abuso de menores: https://vidamasallajw.blogspot.com/2017/05/informe-de-la-arc-sobre-jw.html

   Pues bien, a finales de 2.015 Watchtower publicó la experiencia de Crystal... ¿Casualidad o diseño?:
https://www.jw.org/es/testigos-de-jehov%C3%A1/qui%C3%A9nes-somos-y-qu%C3%A9-hacemos/seguimos-consejos-biblia/video-victima-abuso-sexual-infantil/

   La experiencia de Crystal contrasta mucho con la de Candace Conti, a quien la organización de Jehová no solo no ayudó, sino que además silenció:




   Por lo visto Crystal sufrió abusos antes de pertenecer a la organización Watchtower, sin embargo Candace fue víctima de un miembro de la propia confesión religiosa

   Generalmente los Testigos de Jehová acostumbran silenciar a las víctimas de abusos sexuales (y otros abusos), y se resisten a denunciar estos casos a las autoridades. Y es que Watchtower reconoce a las "Crystal", pero no a las "Candace"...

Los Testigos de Jehová coaccionaron a una niña para tapar su violación

Los Testigos de Jehová y el abuso sexual de menores ¿existe un problema?

viernes, 3 de agosto de 2018

Los Testigos de Jehová se niegan a entregar evidencia en caso de abuso sexual


   La secta religiosa Testigos de Jehová se han negado a entregar documentos al fiscal en los que un ex miembro admite el abuso de un niño, también miembro de la secta en ese momento, informa RTL Nieuws. 

   Samet G, ahora de 31 años, era menor de edad cuando comenzó el abuso de su sobrina de 4 años. El abuso continuó hasta que ella tenía 14 años y fue denunciado a la policía en 2015 cuando la niña y su madre abandonaron la secta cristiana. Un tribunal de Breda condenó a G a una sentencia condicional de 9 meses y una multa por el abuso, pero no tuvo acceso a la confesión, que data de 2011. G apeló contra su condena. Los testigos de Jehová tienen sus propios comités internos que se sientan a juzgar en casos de abuso sexual y no involucran a la policía. Se realiza y guarda un registro de estos procedimientos. Según RTL, la solicitud del fiscal de una copia de la confesión fue rechazada con el argumento de que comprometería la privacidad del hombre y que, por ley, los clérigos, o en este caso los ancianos, no pueden ser obligados a revelar lo que se les dijo a ellos en confianza. 

   Aunque existe duda entre los abogados de que los ancianos de los Testigos de Jehová pueden reclamar este derecho, el fiscal aceptó el rechazo, escribe RTL. La secta también se niega a cooperar en una investigación independiente y, según el ministro para la protección legal Sander Dekker, no se lo puede obligar a hacerlo. Supervivientes de abuso Según Reclaimed Voices, una organización que ayuda a ex miembros de los Testigos de Jehová que fueron víctimas de abuso sexual, el ministro necesita hacer mucho más. "Si no podemos obtener los archivos en los tribunales necesitamos que los políticos actúen". Alguien debe obligar a los Testigos de Jehová a entregarlos, dijo el portavoz de la organización, Frank Huiting, a RTL. CDA MP Madeleine van Toorenburg y otros parlamentarios han pedido al ministro que investigue si los testigos de Jehová tienen derecho a negarse a acceder a documentos que puedan arrojar luz sobre un caso criminal y sobre la cultura de silencio y encubrimiento de la secta, escribe RTL. 

   Los testigos de Jehová están siendo ampliamente acusados ​​de silenciar a las víctimas de abuso sexual dentro de la secta. El periódico The Guardian recientemente descubrió un caso que involucraba al menos a 100 víctimas que dicen haber sido abusadas.