La Sociedad Watchtower es como el capitán Araña, que embarcaba a todo el mundo y
él se quedaba en tierra (dícese del que anima a otros a emprender una tarea
ardua de la que él se escamotea).
Embarque de tropas a Cuba (1895) |
“Capitanes Araña haberlos
haylos en abundancia. Por oficios, los sanadores de cuerpos y de espíritus son
los más propensos. Quienes velan por
nuestra salud se pasan el día diciéndonos lo que hemos de hacer o no hacer, de
tomar o de abstenernos para una vida sana, pero a menudo ellas/ellos son los
que peor se aplican el cuento y le pegan a todo indiscriminadamente, sabedores
quizá de que no hay historial médico con final feliz.”
¿Por qué la Watchtower es como el capitán Araña?
“Estas cuestiones
presentadas al Cuerpo Gobernante no obtuvieron respuesta, sino que tozudamente
en tales circunstancias se aplicaba la norma vigente con toda normalidad. Por
la razón que fuera, las consecuencias que aquellas decisiones conllevaban para
la vida de la gente no merecían consideración a la hora de tenerlas en cuenta y
dejar a un lado la “normativa”. En algún determinado momento del pasado de
la organización, se había establecido una determinada política en materia de
expulsión (muy a menudo con un único autor, alguien completamente aislado de
las circunstancias que afectaban al caso) y tal política se puso en marcha.
Se adoptó un determinado criterio de actuación y era aplicado a menos que una
mayoría de dos tercios se pronunciara en contra. Nada había en las Escrituras
que identificara como pecaminoso lo que en todos aquellos controvertidos casos
se sometía a la consideración de “merecedores de expulsión”. Era mera
cuestión política de la organización. Una vez hecha pública, aquella política se
llevaba a cabo por todo el mundo y toda la hermandad había de someterse a ella
con todas sus consecuencias. ¿No es lógico pensar que aplican las palabras de
Jesús: “Atan cargas
pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo
quieren moverlas” (Mateo 23:4, Biblia de Jerusalén)? Que el lector lo
determine. Yo sólo sé lo que me dictaminó la conciencia y el proceder que me
sentí impulsado a adoptar.”
CRISIS DE CONCIENCIA. Tradición
y legalismo (Pág. 131)
“¿Cuál era el asunto en torno al que se desató esta
tormenta recurrente de violencia? Fue la negativa de los testigos a comprar la tarjeta
del partido político en el poder.
Malawi era un estado de partido único, gobernado por el Partido del Congreso de
Malawi a través de su cabeza, Dr. H. Kamuzu Banda, quien era “presidente vitalicio”
del país. A los testigos de Jehová que preguntaron, la oficina de la
sucursal les informó que la compra de aquel carnet de partido constituiría una
violación de la neutralidad cristiana, supondría una transigencia y, por tanto,
una infidelidad para con Dios. La posición de la sucursal fue avalada por
la central de la organización y presentada en detalle en las publicaciones de
la Sociedad Watch Tower. La inmensa mayoría de los testigos de Malawi se
adhirieron firmemente a esa posición, incluso a gran coste para ellos
mismos.”
CRISIS DE CONCIENCIA. Dos
sistemas de reglas (Pág. 170, 171)
Por lo tanto, la Watchtower es como el Araña... y el Araña como la Watchtower:
El «araña» se aplicaría a
los cobardes e interesados «que van, como las arañas, tras la
"mosca" (dinero)».
Recuerda en este sentido la Letrillas burlescas de Quevedo: «Mosca
muerta, muerta parecía tu codicia cuando hablabas, y eras araña que andabas,
tras la pobre mosca mía».
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