Hablemos de un tema crucial, como es la salida de JW.ORG.
Es indudable que hay mucho, pero que mucho que perder en caso de dejar la religión de los Testigos de Jehová, pues puede suponer tanto la pérdida de relaciones familiares y amistades, como del entero sistema de creencias.
Francamente, es comprensible que, ante la perspectiva de arriesgar tanto, muchas personas opten sumisamente por permanecer en esa malvada Organización. La situación se podría ilustrar de la siguiente manera: ¿Quién en su sano juicio abandonaría un barco que estuviera flotando en medio del océano?. Solo un loco o inconsciente actuaría así, ¿verdad?. Pues esa es precisamente la perspectiva que la Organización presenta a sus miembros: si saltas por la borda perecerás, a no ser que te arrepientas y regreses al único buque de "verdad"...
Si algo así sucediera de manera literal, es decir, que un pasajero de un barco cayera al mar, lo lógico sería que la tripulación y demás pasajeros hicieran todo lo posible por rescatarlo. Jamás sería abandonado a su suerte, a no ser que el barco fuera... ¡pirata!
Realmente Watchtower es una organización pirata y corsaria. Una organización despiadada que, cuando le interesa, obliga a sus miembros a saltar por la borda para luego olvidarse de ellos (el mismo designio les espera a los desertores, ya que son tratados como expulsados).
Ahora bien, conviene matizar que, si bien la secta es como un peligroso navío, el mundo dista de ser ese océano hostil. Muchos de los que hemos terminado abandonando el culto, hemos descubierto que, aunque podamos pasarlo mal por un tiempo, fuera de JW.ORG hay mucho, pero que mucho más que ganar. De hecho, en un período relativamente corto de tiempo, es posible recuperar la estabilidad y vivir una vida con sentido, sí, con sentido de logro, de libertad y con sentido común.
Así pues, animamos a todos los que están en el barco pirata de JW.ORG a no perder la esperanza. Y a los que ya estén fuera de él, a que no desfallezcan.
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