viernes, 23 de febrero de 2018

¿Miedo a ser libre?

A veces nos preguntamos por qué tantas personas optan por permanecer siendo esclavas a hombres u organizaciones.

¿Queremos ser libres?

Esta pregunta es más profunda de lo que parece. Se puede decir que la mayoría de las personas son físicamente libres, sin embargo no todas lo son mentalmente. Es decir, que no tienen la libertad de ser ellas mismas, bien porque no pueden, bien porque no quieren, o las dos cosas. Lo que es evidente es que aún no han dado el paso de la "emancipación mental".

Aquellos que se han criado en una familia de testigos de Jehová, o los que han invertido mucho tiempo y recursos en esta religión sectaria, normalmente tienen que pagar un elevado precio por ser libres.

El miedo es libre

Para un testigo, reclamar su libertad individual inspira algo más que miedo, inspira terror, pues la perspectiva de ser excluido social y familiarmente es ciertamente terrorífica.


Sin embargo, recuperar la libertad intelectual es imprescindible para alcanzar la plenitud del potencial humano. Ahora bien, ¿irse o quedarse?. Dependerá de cuánto más tiempo estemos dispuestos a vivir subyugados.


Las cadenas del adoctrinamiento son las más difíciles de romper, pues sus eslabones se entrelazan estrechamente con nuestros pensamientos y emociones. Liberarse de ellas es doloroso; tolerarlas, penoso. 


Por lo tanto, ¿miedo a la libertad? 
No, más bien, amor a la libertad.

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