jueves, 14 de diciembre de 2017

Abandonar el engaño ¿por qué cuesta tanto? Parte I

Decía Carl Sagan que: 

 "Una de las lecciones más tristes de la historia es ésta: si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño. Encontrar la verdad deja de interesarnos. El engaño nos ha engullido.


Simplemente, es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos caído en el engaño. En cuanto se da poder a un charlatán sobre uno mismo, casi nunca se puede recuperar.

Carl Sagan, El Mundo y Sus Demonios.


La siguiente información está extraída del libro "Las sectas entre nosotros" de dos de las mejores especialistas en el tema de la sectas y su funcionamiento, Margaret Thaler y Janja Lalaich.

Abandonar la secta

A veces la gente les pregunta a los ex miembros de sectas: "¿Por qué no se puso de pie y se marchó, sencillamente?" No hay ninguna respuesta simple para esa pregunta porque una variedad de factores contribuyen a mantener a un miembro unido al grupo. En la mayoría de los casos, no hay ninguna restricción física, aunque algunos grupos castigan y encarcelan a aquellos que tratan de marcharse. Pero, en todos los casos, hay un vínculo psicológico que resulta más difícil de cortar.

Por qué es difícil marcharse

Cuando una persona se encuentra bajo la influencia coercitiva psicológica y social de una secta, experimenta los siguientes problemas:

1. Engaño en el proceso de reclutamiento y durante su permanencia en el grupo.

2. Debilitamiento, debido a las horas, el grado de compromiso, las presiones psicológicas y la restricción y las luchas internas.

3. Dependencia, como consecuencia de estar separado del mundo exterior en muchos sentidos.

4. Temor, por las creencias, inculcadas por el grupo, de que la persona que se marcha no encuentra una vida real en el exterior.

5. Desensibilización, de modo que las cosas que una vez los preocupaban ya no les preocupan (por ejemplo, saber que las sumas obtenidas al recaudar fondos sirven para sustentar la vida de despilfarro del líder y no para la causa por la cual fueron dadas, o ver cómo se abusa de los niños o incluso se los asesina).

Todos esos factores, que amplío en el resto del capítulo, se entrelazan e interaccionan para impedir que el miembro de una secta vea una salida.

Creencia

Entre las muchas influencias que refuerzan la dificultad que tiene el miembro de una secta para ponerse de pie y salir, es probable que la creencia sea el punto inicial. La creencia o el sentido de compromiso es una fuerza muy poderosa, sea que esa creencia se relacione con un dios o religión específicos, con cierto estilo de política, con los derechos del animal, la vida en el campo y la libertad, la familia o la existencia de la magia. Poder poner en práctica las creencias y actuar según las propias ideas resulta muy atractivo para las personas. Parece ser la condición humana normal que deseemos creer en algo; necesitamos creencias que nos ayuden a entender nuestro universo.

En el mundo de las sectas, la creencia se convierte en el material aglutinante que vincula a la persona con el grupo. Se empiezan a aceptar las cosas, con independencia del grupo en que se esté, porque se cree en él. Se cree en los objetivos y en la gente que hace esas cosas junto con uno. Se cree en el líder. Se cree que se logrará algo.

En la mayoría de las sectas, se les dice a los miembros que, para vivir a la altura de la creencia del grupo, se deben hacer ciertos cambios personales. De modo que uno dice: "Bien, lo acepto. Creo esto, estoy de acuerdo con esto y haré esos cambios" y, de manera gradual, esos cambios empiezan a tener un efecto radical sobre los pensamientos y las acciones, aunque no se tenga gran conciencia de ese efecto.

Decencia y lealtad

Una segunda influencia importante que retiene a la gente en las sectas es que la mayoría de las personas son seres decentes y honestos. Desean hacer el bien, ser altruistas y lograr algo en la vida. Y son leales. Una vez que establecen un compromiso respecto de algo, no reniegan fácilmente de él.

De modo que, cuando uno establece un compromiso con un grupo y cree en él con fervor, es muy difícil retroceder. Luego, cuando se empiezan a ver cosas que uno no entiende, puede decirse: "Bien, dije que haría esto y me dijeron que sería duro. Ahora, parte de esto no me parece correcto, pero dije que lo aceptaría e hice un compromiso. Me quedaré un poco más". Todo ese tiempo, claro, el liderazgo y todos los que nos rodean nos dicen que será mejor que sigamos adelante, en términos sutiles o no tan sutiles.

El hecho de que a la gente no le guste ponerse de pie y decir "me retiro" también es significativo. Antes de abandonar, sigue y sigue.

Cuanto más tiempo se permanece, más difícil resulta salir, de modo que no querer ser de los que abandonan es también otro elemento que mantiene a la gente en las sectas.

Continua...


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