La regla de los dos testigos: la controvertida norma por la que acusan a los Testigos de Jehová de encubrir casos de abusos sexuales de menores
Karen tenía unos 12 años cuando comenzó a ser víctima de abusos sexuales.
La agresión prosiguió hasta que cumplió 15 años y ella se atrevió a contarle lo que ocurría a su padre, John Viney, quien en esa época era uno de los miembros del grupo de ancianos o superintendentes del grupo local de los Testigos de Jehová en la ciudad de Barry, en el sur de Gales (Reino Unido).
La situación no era fácil.
El agresor era un cuñado de Viney y también era uno de los superintendentes de ese mismo grupo religioso cristiano, fundado en Estados Unidos a fines del siglo XIX y que en la actualidad tiene más de ocho millones de seguidores repartidos en más de 200 países.
Viney llevó el caso ante las autoridades de la agrupación, que realizaron una suerte de audiencia privada regida por dos superintendentes.
Ante ellos, Karen narró los abusos de los que había sido víctima, los cuales fueron negados por su agresor.
"Al final de la reunión los dos superintendentes elaboraron un informe para el grupo de ancianos, quienes debían decidir si había un caso", dice Viney en una entrevista con el periodista David Cook, quien realizó un reportaje sobre este tema para el Servicio Mundial de la BBC.
"Dado que era la palabra de Karen contra la de él y que los Testigos de Jehová necesitan que haya dos testigos ante cualquier pecado, entonces decidieron que no se podía hacer nada".
El episodio derivó en el alejamiento de Karen y de Viney de la agrupación religiosa, a la que perteneció durante casi medio siglo.
Viney se convirtió en un fuerte crítico de la manera cómo el culto manejaba los casos de abusos sexuales y, concretamente, de la llamada regla de los dos testigos.
Por esta controvertida norma, la agrupación ha sido cuestionada en diversas partes del mundo y señalada por facilitar la impunidad en casos de pederastia.
Pero, ¿de dónde proviene la regla?
Una lectura literal
Los Testigos de Jehová basan su fe en una estricta interpretación de la Biblia, libro que se supone norma todas las facetas de sus vidas.
Sus creencias los diferencian de los agnósticos, pero también de otras ramas del cristianismo.
Sin embargo, en los últimos años han surgido numerosos casos de abusos sexuales dentro de la organización que no se habían difundido ni habían sido castigados debido, según se denuncia, a esta lectura literal de la Biblia.
"Los Testigos de Jehová intentan basar su fe en las escrituras y, como la mayor parte de las denominaciones cristianas, escogen determinados versículos a los que les otorgan un peso mayor que a otros", le explica a la BBC el reverendo Ross Blackman, quien durante muchos años fue miembro de ese grupo religioso y en la actualidad pertenece a la Iglesia de Escocia.
"Quizá la regla de los dos testigos es un buen ejemplo de ello".
"Tú hallas esa norma en el Antiguo Testamento, en un par de capítulos del Deuteronomio. En el primer ejemplo, se trata de un caso de pena de muerte en el que se señala que no será aplicada a menos que haya dos testigos y quizá puedes entender por qué podría ser prudente en esa situación", añade.
"También aparece en otros lugares. Hay ejemplos de dos testigos de quienes se espera que prueben que hubo cierto comportamiento, especialmente cuando se le atribuye a alguien de autoridad".
Miles de casos
La abogada Kathleen Hallisey, quien en 2015 representó a la primera víctima de abuso sexual en entablar un juicio civil en Reino Unido en contra de los Testigos de Jehová, destaca la relación entre esa norma y la impunidad.
"Difícilmente hay dos testigos para un caso de abuso y si ello es una exigencia para que se produzca una investigación y, además no hay una denuncia ante las autoridades sobre la supuesta agresión, entonces no sólo los niños siguen sufriendo sino que el agresor sigue allí afuera, libre para seguir delinquiendo", le dice Hallisey a la BBC.
La abogada equipara lo que está ocurriendo con los Testigos de Jehová con el escándalo de pederastia que ha sacudido a la Iglesia católica.
"Ciertamente, las cifras de casos de los Testigos de Jehová no son tan numerosas como las de los católicos, pero cuando miras el grado de encubrimiento y hasta dónde están dispuestos a llegar para evitar develar documentos en relación con abusos sexuales a menores, entonces creo que es un escándalo de ese nivel", afirma.
En 2016, una comisión especial de investigación en Australia publicó un informe muy crítico sobre el abuso sexual en los Testigos de Jehová que era particularmente duro con la regla de los dos testigos.
El reporte decía que al compromiso absoluto con esa norma, interpretada como palabra divina, demostrada que los Testigos de Jehová sufren "una grave falta de comprensión acerca de la naturaleza del abuso sexual" y que su débil sistema disciplinario deja a los "agresores de menores libres dentro de la organización y de la comunidad".
Cuando la comisión analizó los expedientes de los Testigos de Jehová halló evidencia de 1.800 presuntas víctimas de pederastia desde la década de 1950.
Además, encontraron que en esos archivos aparecían mencionados en torno a un millar de supuestos agresores. Sin embargo, ninguno de los casos había sido reportado a la policía.
¿Pecado de omisión?
Kathleen Hallisey destaca el hecho de que la agrupación no lleva ante las autoridades las denuncias que reciben.
"Sabemos que se hacen informes para la Watchtower (la sede principal de los Testigos de Jehová) aquí en Reino Unido, y así ocurre en todo el mundo, y se mantiene un registro de ese reporte de supuesto abuso. Pero esos documentos nunca son entregados a las autoridades", señala.
Los responsables de la Watchtower declinaron un pedido de entrevista de la BBC, pero enviaron una declaración escrita en la que señalan que rechazan los abusos contra menores y que los consideran como un delito terrible y un pecado.
Afirman que los superintendentes no protegen a los abusadores de las autoridades o de las consecuencias de sus actos y aseguran que las víctimas y sus padres tienen todo el derecho de reportar lo ocurrido a las autoridades policiales y que, si deciden hacerlo, es algo que no depende del número de testigos.
Sin embargo, Karen afirma que nunca sintió el apoyo de la organización.
"Nadie en los Testigos de Jehová me dijo que fuera a la policía. Yo sabía que quería hacerlo, pero incluso después de decírselo a mi padre él sintió que necesitaba contactarlos para saber si estábamos autorizados o no para hacerlo", dice.
"Ellos no te estimulan a hacerlo de ninguna manera. Ninguno de ellos vino conmigo ni me brindó apoyo".
Pese a todo, ella logró que en su caso se hiciera justicia.
Casi 28 años después de su primera denuncia ante las autoridades, Karen volvió a acudir a la policía. Esta vez, después de que su agresor fue arrestado.
"Más víctimas salieron a la luz, así que terminó yendo a los tribunales y terminó condenado a 14 años de cárcel", cuenta.
Pese a ello y a un documento publicado por los Testigos de Jehová en Reino Unido enero de este año, en el que el culto expresa su rechazo rotundo al abuso sexual a menores y fija sus políticas ante este problema, señalando que las víctimas pueden acudir a la policía, Karen duda que se trate de un cambio de fondo.
"No confiaría en ningún documento de ellos simplemente porque ellos aún mantienen la regla de los dos testigos", dice.
"Si ellos repentinamente dijeran 'está bien, nos damos cuenta de que no va a haber dos testigos en los casos de abusos sexuales y vamos a poner eso en un documento', entonces yo podría pensar que finalmente están empezando a entender", concluye.
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